Y por fin mi vuelta, por fin vuelvo a mi viaje. A mi aventura. Por fin puedo escribir.
Ya actualizado(Internet ha llegado a casa) podré relatar cuentos, aventuras, o lo que me apetezca y, como ya he hecho antes, dar las gracias.
Dar las gracias poco a poco, a las personas que me importan y que pueda luego, en un futuro, leer esto, y acordarme de lo que sentía, y de las personas que quería.
En fin, éste preludio acaba. Preludio a un nuevo año, preludio (ojalá) a un compromiso.
Preludio a la luz.
miércoles, 28 de octubre de 2009
martes, 30 de junio de 2009
mensaje en una botella
Me gustaría meter este mensaje en una botella, y dirigirme al levante con ella; me gustaría tirarla al mar y que en unas semanas, o quizá meses, la encontrases, y te dieses cuenta de lo mucho que te echamos de menos.
Como eso es imposible, escribo esta carta aquí. Y te la envío. Solo para que no nos olvides...
Querida profesora:
No se me dan bien las despedidas, no improviso demasiado bien y normalmente los sentimientos me dejan sin habla, por eso quizás el lunes no me despedí como debía de haberlo hecho... Pero me sorprendió tu última palabra... dijiste "Gracias"....
Y pensé sobre eso...
¿Cómo que gracias?, eso lo deberíamos decir nosotros... esta generación que ha madurado contigo, esta generación que ha recibido tus consejos, tu cariño, tu simpatía... y sobre todo, tu amistad.
Querida profesora, te echaremos de menos, te echaré de menos, pero sé feliz; sobretodo sé feliz. Te diré, por puro egoísmo, que no dejes que nadie haga daño a tu corazón, pues dentro de él se ha llevado un trocito del mío, y no me gusta que me dañen vale?
Este es mi regalo de despedida. Mi manera de decir "Gracias" y "Hasta Luego" una vez he puesto en orden mis pensamientos. Mi forma de decir "Por lo que más quieras...no te olvides de mi. No te olvides de nosotros..."
Ahora imprimiré este mensaje y lo meteré en una botella, una de vino blanco vieja y sucia, pero muy romántica...
Si alguna vez voy al levante, quizás me acerque al mar y la arroje... ¿quién sabe?... puede que incluso llegue a su destino...
Siempre suyo:
Un alumno cualquiera...
Como eso es imposible, escribo esta carta aquí. Y te la envío. Solo para que no nos olvides...
Querida profesora:
No se me dan bien las despedidas, no improviso demasiado bien y normalmente los sentimientos me dejan sin habla, por eso quizás el lunes no me despedí como debía de haberlo hecho... Pero me sorprendió tu última palabra... dijiste "Gracias"....
Y pensé sobre eso...
¿Cómo que gracias?, eso lo deberíamos decir nosotros... esta generación que ha madurado contigo, esta generación que ha recibido tus consejos, tu cariño, tu simpatía... y sobre todo, tu amistad.
Querida profesora, te echaremos de menos, te echaré de menos, pero sé feliz; sobretodo sé feliz. Te diré, por puro egoísmo, que no dejes que nadie haga daño a tu corazón, pues dentro de él se ha llevado un trocito del mío, y no me gusta que me dañen vale?
Este es mi regalo de despedida. Mi manera de decir "Gracias" y "Hasta Luego" una vez he puesto en orden mis pensamientos. Mi forma de decir "Por lo que más quieras...no te olvides de mi. No te olvides de nosotros..."
Ahora imprimiré este mensaje y lo meteré en una botella, una de vino blanco vieja y sucia, pero muy romántica...
Si alguna vez voy al levante, quizás me acerque al mar y la arroje... ¿quién sabe?... puede que incluso llegue a su destino...
Siempre suyo:
Un alumno cualquiera...
jueves, 11 de junio de 2009
Despedida
“Pienso en ti, donde quieras que estés.
Rogamos para que terminen nuestros pesares,
y nuestros corazones se unan…
Ahora me pondré en marcha para cumplir ese deseo.
¿Y quién sabe?
Quizá no sea tan arduo emprender el viaje…
¿O quizá ya haya comenzado?
Son muchos los mundos,
pero todos comparten el mismo cielo…
un cielo… un destino…”
Tres meses más de letargo, me temo,
En septiembre nos veremos...
Un abrazo
viernes, 8 de mayo de 2009
inocencia y otros motivos...
Inocencia...
Quizá ese sea su rasgo más característico, esa eterna y pura esencia infantil acompañada de una perspicacia madura, que hace que a su lado te encuentres bien, que te den ganas de sonreír...
Ella fué primera "amiga verdadera" que tuve, creo recordar, y una de las poquitas con las que aun puedo compartir mis sentimientos, y abrirme; por que se que esa persona me va a comprender.
Bondad...
Ese quizá sea su segundo mejor rasgo, una mirada limpia y carente de maldad. Ella es incapaz de hacer daño a nadie, simplemente no puede, quizá le falta el gen de la violencia, o el del rencor, o quizá el gen de la bondad esta superdesarrollado en ella, en cualquier caso se agradece...
Su Sonrisa...
Ojalá nunca pierda esa sonrisa, me da fuerzas, me insta a seguir... solo con ver su cara risueña ya me siento bien, completo...
Ojalá nunca te falte esa sonrisa...
Hoy quería dedicarle el espacio a ella, por que ya le tocaba, y por que me ha ayudado más de lo que ella cree...
Un abrazo, te echo de menos...
Sonrie, ¿vale?
Quizá ese sea su rasgo más característico, esa eterna y pura esencia infantil acompañada de una perspicacia madura, que hace que a su lado te encuentres bien, que te den ganas de sonreír...
Ella fué primera "amiga verdadera" que tuve, creo recordar, y una de las poquitas con las que aun puedo compartir mis sentimientos, y abrirme; por que se que esa persona me va a comprender.
Bondad...
Ese quizá sea su segundo mejor rasgo, una mirada limpia y carente de maldad. Ella es incapaz de hacer daño a nadie, simplemente no puede, quizá le falta el gen de la violencia, o el del rencor, o quizá el gen de la bondad esta superdesarrollado en ella, en cualquier caso se agradece...
Su Sonrisa...
Ojalá nunca pierda esa sonrisa, me da fuerzas, me insta a seguir... solo con ver su cara risueña ya me siento bien, completo...
Ojalá nunca te falte esa sonrisa...
Hoy quería dedicarle el espacio a ella, por que ya le tocaba, y por que me ha ayudado más de lo que ella cree...
Un abrazo, te echo de menos...
Sonrie, ¿vale?
lunes, 27 de abril de 2009
barro derretido
Viernes:
Fuimos a comer a un parque, todo por que él se entretetuviera; cuando volvimos me encontraba tan cansado que sólo pude echarme un poco, en realidad no había dormido nada, pero no quería que él lo notase...
Cuando desperté nos dirigimos al hospital...
Maldito hospital...
Subimos a la sexta planta. Maldita sexta planta.
Su madre nos recibió, irónicamente, era ella la que mejor estaba, o la que mejor lograba aparentarlo, sus noticias sólo eran buenas, pero aún estábamos asimilando el shock.
Una mujer llegó. Aparentaba unos 50 años, quizá mas, y llevaba unas gafas de esas antiguas. Saludó a mi amigo, nos contó que a su hija le pasaba lo mismo que al padre de mi amigo, pero de otra manera, seguramente peor, seguramente fatal...
Me pareció ver una pequeña lágrima en los ojos de mi mejor amigo. Miel derretida, pensé.
En ese momento, al ver a mi mejor amigo, que siempre tenía una sonrisa, de esa manera, no pude evitar que una lágrima corriese por mi mejilla. Barro derretido,pensé...
Esperé a que nos marcháramos del hospital, lo dejé hablando con un amigo, y yo llamé a mi madre.
Me derrumbé.
Entre los consuelos de mi madre balbuceaba lo mal que lo había pasado mi amigo, y que yo no había estado allí para ayudarlo, me flagelaba diciendo lo mal amigo que era. Un coche vino a por nosotros, y mi amigo me hizo una señal. Borré mi cara e intenté dibujar una sonrisa en ella. Patética, comprobé, después de ver la cara de preocupación de mi amigo.
Sólo quedaba hacer una cosa para sentirme útil, hacer que mi amigo se lo pasara bien, que durante tres segundos se olvidase de su penoso problema y que un atisbo de esa permanente sonrisa volviese a su rostro... con eso, yo ya me sentía feliz...
Cuando menos te lo esperas... un terror acecha tu vida, te ataca... la destroza...
Es el cáncer.
Como odio el cáncer...
miércoles, 25 de marzo de 2009
ojitos de coral
Me dirigí a mi cuarto maldiciendo...tocaba cena familiar.
Al cuarto de hora ya estábamos allí. Mi padre y yo nos apiñamos un poquito en el rellano de la puerta, en un pequeño gesto de autoprotección; ninguno de nosotros es bueno en lo referente a asuntos sociales. En cambio, mi madre adelantó un paso y se cercioró de que su vestido estaba perfecto, desde que yo recordaba siempre había sido así; mi madre en en el frente de batalla atusándose el vestido y mi padre y yo en la retaguardia, con esa fingida sonrisa de afecto...
Mi tía nos abrió.
La velada iba justo como me la esparaba, educados comentarios acerca de mi viaje a la ciudad, denotando escaso interés, respondidos de educados comentarios acerca de lo bien que me iba, denotando lo poco que me importaba su interés. Pronto la conversación giraría hacia el "chico bueno" de la familia...
Pero algo sucedió diferente esa noche...
Vino mi tío, y me presentó por enésima vez a su primer hijo de apenas 2 años, que, naturalmente, no se acordaba de mi.
En un instante ya me quedé prendado de sus ojos, azul eléctrico, que incluso teñían la pupila de vivos colores de coral, o lo que yo imaginaba que era coral. Al principio me miró con miedo, y le tendí una mano, pronto ese miedo se convirtió en curiosidad, la confianza llegó en apenas segundos...y al poco tiempo ya estaba correteando sobre mi tripa y subiéndose a mi espalda.
La falta de siesta pronto hizo mella en él y poquito a poco sus golpes y corretonas disminuían su intensidad, dejando su voz en un murmullo apenas audible. Nos sentamos a descansar y,
acompasando mi respiración a la suya, pronto se durmió en mi pecho.
Miré a su padre, jugando la partida, gritando y bebiendo, y sentí ira... ira por la educación que iba a tener, quería enseñarle la utilidad de las matemáticas, la belleza de la literatura, y sobre todo, las maravillas de la química... y... con ese padre poco podría aprender....
Mi tío se dio cuenta de que le miraba y, preocupado, vino a verme, me sonrió y cogió al pequeño. Delicadamente, lo llevó hasta el sofá y lo tumbó.
Me odié a mi mismo por haber pensado eso de mi tío... ahora mismo mi primo sólo necesitaba amor, y mi tío tenía amor de sobra para darle...
La educación vendría despues....
Al cuarto de hora ya estábamos allí. Mi padre y yo nos apiñamos un poquito en el rellano de la puerta, en un pequeño gesto de autoprotección; ninguno de nosotros es bueno en lo referente a asuntos sociales. En cambio, mi madre adelantó un paso y se cercioró de que su vestido estaba perfecto, desde que yo recordaba siempre había sido así; mi madre en en el frente de batalla atusándose el vestido y mi padre y yo en la retaguardia, con esa fingida sonrisa de afecto...
Mi tía nos abrió.
La velada iba justo como me la esparaba, educados comentarios acerca de mi viaje a la ciudad, denotando escaso interés, respondidos de educados comentarios acerca de lo bien que me iba, denotando lo poco que me importaba su interés. Pronto la conversación giraría hacia el "chico bueno" de la familia...
Pero algo sucedió diferente esa noche...
Vino mi tío, y me presentó por enésima vez a su primer hijo de apenas 2 años, que, naturalmente, no se acordaba de mi.
En un instante ya me quedé prendado de sus ojos, azul eléctrico, que incluso teñían la pupila de vivos colores de coral, o lo que yo imaginaba que era coral. Al principio me miró con miedo, y le tendí una mano, pronto ese miedo se convirtió en curiosidad, la confianza llegó en apenas segundos...y al poco tiempo ya estaba correteando sobre mi tripa y subiéndose a mi espalda.
La falta de siesta pronto hizo mella en él y poquito a poco sus golpes y corretonas disminuían su intensidad, dejando su voz en un murmullo apenas audible. Nos sentamos a descansar y,
acompasando mi respiración a la suya, pronto se durmió en mi pecho.
Miré a su padre, jugando la partida, gritando y bebiendo, y sentí ira... ira por la educación que iba a tener, quería enseñarle la utilidad de las matemáticas, la belleza de la literatura, y sobre todo, las maravillas de la química... y... con ese padre poco podría aprender....
Mi tío se dio cuenta de que le miraba y, preocupado, vino a verme, me sonrió y cogió al pequeño. Delicadamente, lo llevó hasta el sofá y lo tumbó.
Me odié a mi mismo por haber pensado eso de mi tío... ahora mismo mi primo sólo necesitaba amor, y mi tío tenía amor de sobra para darle...
La educación vendría despues....
viernes, 13 de marzo de 2009
fines de semana...
Escribo esto, en cinco minutos de escapada entre examen y prácticas...
Indignado. Así me siento.
Porque nos tratan como máquinas... como futuros productos... productos de alta calidad, evidentemente;productos muy importantes para la sociedad, claro; pero productos al fin y al cabo.
No ven personas, ven horarios, asignaturas y futuro prestigio para la universidad.
No les importa poner clase por la mañana, no. No les importa poner tres horas y media de prácitacas por la mañana, no. Tampoco les importa poner exámenes esa misma semana, no.
Por que les da igual tu estado, les da igual la fatiga cerebral, pero el horario encaja....
El pequeño romántico del siglo dieciocho que hay en mi pide a gritos un corte de venas o un suicido de similar dramatismo...
El pequeño científico del siglo veintiuno piensa que me ayudará en mi futuro y sabré enfrentarme a los problemas y a la ansiedad....
Y yo... mientras.... descanso. Espero.
Que piensen ellos.
Ya es viernes... Toca divertirse...
Indignado. Así me siento.
Porque nos tratan como máquinas... como futuros productos... productos de alta calidad, evidentemente;productos muy importantes para la sociedad, claro; pero productos al fin y al cabo.
No ven personas, ven horarios, asignaturas y futuro prestigio para la universidad.
No les importa poner clase por la mañana, no. No les importa poner tres horas y media de prácitacas por la mañana, no. Tampoco les importa poner exámenes esa misma semana, no.
Por que les da igual tu estado, les da igual la fatiga cerebral, pero el horario encaja....
El pequeño romántico del siglo dieciocho que hay en mi pide a gritos un corte de venas o un suicido de similar dramatismo...
El pequeño científico del siglo veintiuno piensa que me ayudará en mi futuro y sabré enfrentarme a los problemas y a la ansiedad....
Y yo... mientras.... descanso. Espero.
Que piensen ellos.
Ya es viernes... Toca divertirse...
Suscribirse a:
Entradas (Atom)