miércoles, 3 de diciembre de 2008

El canon de Pachelbel

Como en las últimas semanas, me desperté con ella en mis brazos...
Su suave piel rozaba la mía mientras su corazón, acompasado con el mio; latía al suave ritmo de una medusa marina.
Por fin me levanté, con cuidado, intentando no despertarla; me vestí de mala gana y me dirigí hacia la cocina a preparar el Sagrado Café De Por La Mañana.
Me miré la cicatriz, tres uñas se marcaban en mi pecho... y sonreí. No esperaba una noche así...
Después de mi Sagrado Café De Por La Mañana me dirigí otra vez hacia mi habitación.
La contemplé mientras dormía,y una música se instaló en mis oídos; creada por los desvaríos de mi mente, supuse.
Su piel, como he dicho, era suave; terciopelo. Su pelo caía ondulado y castaño hacia la espalda y su piel morena no podía disimular unas pequeñas pecas en la cara y en la espalda.
"¿Por que es tan perfecta?" me pregunté.
Un pequeño respingo desveló que se despertaba...
Salí de la habitación. Es curioso pero después de pasar la noche juntos una mujer siempre necesita su momento de intimidad...
A los 10 minutos apareció en salón. Yo estaba mirando los árboles del parque. Se despidió de mi, mas bien secamente. Me dijo que nos veríamos a la semana siguiente...
He investigado mucho y después de años de estudio he descubierto que no se puede entender a las mujeres...
Son un verdadero misterio...
Pues bien, ella se fue, y allí me quede; con el canon de Pachelbel todavía resonando en mis oídos.
¿Me estoy enamorando, o encaprichando?
Creo que lo he dicho alguna vez. Tiempo al tiempo.

1 comentario:

Max Estrella dijo...

Amigo,esa melodía me trae muy buenos recuerdos,pues sonó en mi boda.
Un abrazo