viernes, 26 de marzo de 2010

Basket coach

Para acabar con esta saga de recuerdos de los profesores(lo prometo, en serio) que me han marcado, hablaré ahora de esa afición que, aunque está aplazada, no está abandonada y de las personas que han conseguido que me guste tanto.

Mi primer entrenador, una mujer, que tuvo que convertir una panda de niños malcriados en un equipo. Recuerdo sus cabreos, sus gritos, sus insultos y hasta alguna que otra sonrisa; pero ella consiguió lo imposible con nosotros, y algo muy difícil conmigo. Que me gustase un deporte.
Tampoco debo despreciar a su hermana(gemela) que si bien no podía aportar mucho en la táctica, ha sido (y es) uno de los mayores apoyos para todo el equipo. Enfermera, psicóloga, compañera de fiestas y sobre todo un encanto de persona que no olvidaré en la vida.

Mi segundo entrenador, ésta vez un hombre. El chico de los ojos azules. Él tomó el relevo, y transformó lo que ya era un equipo en jugadores de baloncesto.Colega más que entrenador(quizás ese sea el problema). Se sacrificó mucho por nosotros, y eso es algo que siempre tendré en cuenta.

Tambien recordar a algunos "veteranos", que aunque no me enseñaron, me motivaron con sus historias para esforzarme cada vez un poquito más en cada entrenamiento.

Eso es todo. Y aunque hay mucha más gente que me ha enseñado en la vida, no tengo tiempo, ni espacio para nombrarlos a todos.

Un abrazo. Feliz semana santa.

2 comentarios:

Arlequín dijo...

Sí, los buenos profesores tienen esa magia para que no se borre su recuerdo en sus alumnos :)

Igualmente, ¡aprovecha la semana!
Hasta pronto, un abrazo.

Max Estrella dijo...

Que usted descanse bien...o lea...o estudie...pero que lo que haga le sea provechoso...hablamos
Un abrazo